La amenaza de la mosca del olivo sigue en aumento durante el mes de septiembre en Andalucía, favorecida por el clima reciente.
Las condiciones meteorológicas, con temperaturas suaves y un aumento de la humedad, han intensificado la actividad de esta plaga, especialmente en provincias como Cádiz, Granada, y Córdoba.
Evolución de la mosca del olivo en Septiembre
Desde principios de septiembre, la mosca del olivo (Bactrocera oleae) ha mostrado un patrón ascendente en la mayoría de las provincias andaluzas, exceptuando Málaga. A medida que el estado fenológico del olivo ha evolucionado, alcanzando en algunas zonas el “envero” (cambio de color del fruto), la incidencia de la plaga ha crecido. La situación inicial se caracterizaba por un incremento moderado en las capturas de mosca en trampas cromotrópicas y mosqueros MacPhail, con picos de actividad en provincias como Huelva y Cádiz.
A mediados de septiembre, las condiciones climáticas experimentaron un descenso de temperaturas y un aumento en la humedad, factores que han contribuido al incremento de la población de adultos de la mosca, que han alcanzado valores significativos en provincias como Granada, Cádiz, y Córdoba.
Situación actual y análisis de la incidencia
El 4 de octubre, la mosca del olivo continúa afectando considerablemente los cultivos en Andalucía, especialmente en Cádiz y Jaén, donde las capturas han aumentado notablemente. Las trampas cromotrópicas han registrado valores de 5.40, 5 y 4.20 adultos por trampa y día, respectivamente.
La falta de lluvias ha causado estrés hídrico en los olivos, lo cual afecta la atracción de los frutos a la mosca. En muchas áreas, la sequía ha provocado la aparición de frutos arrugados, menos atractivos para la plaga. No obstante, la alta humedad y temperaturas suaves han permitido que los adultos emerjan y continúen el ciclo biológico de la mosca, favoreciendo la aparición de una nueva generación.
Causas principales del incremento de esta plaga
La proliferación de la mosca del olivo responde en gran medida a las condiciones meteorológicas. Esta plaga encuentra temperaturas ideales entre los 20 y 25°C, mientras que la humedad relativa, superior al 80%, facilita su actividad. La combinación de temperaturas suaves y humedad propicia la emergencia de adultos y la puesta de nuevos huevos. Además, la falta de lluvias y el consecuente estrés hídrico limitan la resistencia natural de los olivos ante este insecto.
Recomendaciones para el control de la mosca del olivo
Ante esta situación, es crucial que los agricultores intensifiquen la vigilancia y realicen tratamientos fitosanitarios adecuados. Las autoridades recomiendan emplear materias activas autorizadas, prestando especial atención a las instrucciones del fabricante para garantizar la seguridad y efectividad de los tratamientos. Los cultivos afectados deberían recibir tratamientos terrestres o aéreos, según las condiciones de cada zona, y realizar muestreos periódicos para medir la efectividad de estas intervenciones.
Es recomendable implementar métodos de control biológico y mantener las trampas actualizadas. El uso de trampas cromotrópicas y mosqueros MacPhail puede ayudar a detectar la presencia de adultos y facilitar el monitoreo del crecimiento poblacional de la plaga. Además, los agricultores pueden aprovechar la presencia de fauna auxiliar como el Pnigalio mediterraneus y el Psittalia concolor, que ejercen control sobre las poblaciones de mosca del olivo.
La situación de la mosca del olivo en Andalucía es una preocupación creciente. La combinación de factores climáticos y estrés hídrico de los olivos ha permitido a la plaga prosperar en condiciones favorables. Es fundamental seguir las recomendaciones fitosanitarias y adaptar las técnicas de control para mitigar el impacto de esta plaga, protegiendo así uno de los cultivos más importantes de la región.
Imagen: Animalia.bio
Fuente: Consejería de Agricultura de Andalucía Junta de Andalucía.