El campo español se reconfigura: concentración y desafíos de relevo generacional
La agricultura española está experimentando una transformación significativa en su estructura productiva. Según la Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrícolas (EEA) de 2023, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de explotaciones agrícolas en España se redujo un 12,4% entre 2020 y 2023, situándose en 784.141. A pesar de esta disminución, la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) total apenas descendió un 1,6%, alcanzando los 23,5 millones de hectáreas. Como resultado, la superficie media por explotación aumentó un 13,2%, alcanzando las 30,46 hectáreas.

El crecimiento de las explotaciones y su impacto en el sector
Este fenómeno refleja una tendencia hacia la concentración de la actividad agrícola en unidades más grandes y, presumiblemente, más eficientes. Las explotaciones de mayor tamaño tienen una mayor capacidad para innovar, adoptar nuevas tecnologías y aprovechar economías de escala, lo que puede traducirse en una mayor productividad y competitividad en el mercado. Sin embargo, esta concentración también plantea desafíos, especialmente en términos de relevo generacional y sostenibilidad del medio rural.
Un sector envejecido y con falta de relevo generacional
Uno de los principales problemas derivados de esta transformación es el envejecimiento de la población al frente de las explotaciones. Según datos del INE, en 2023, el 35,6% de las explotaciones estaban dirigidas por personas de 65 años o más, mientras que solo un 0,5% tenían jefes menores de 25 años. Además, la presencia femenina en la dirección de explotaciones sigue siendo minoritaria, representando el 28,9% del total.
Esta falta de relevo generacional pone en riesgo la continuidad de muchas explotaciones y puede acelerar aún más el proceso de concentración de tierras en manos de un menor número de agricultores o empresas.
Modernización y tecnificación: claves para la sostenibilidad
La modernización y tecnificación del sector son factores clave en esta evolución. La adopción de tecnologías avanzadas y prácticas agrícolas sostenibles ha permitido a las explotaciones más grandes mejorar su eficiencia y rentabilidad. No obstante, es fundamental que estas mejoras se extiendan también a las pequeñas y medianas explotaciones para evitar su desaparición y garantizar la diversidad y resiliencia del sector agrícola español.
La agricultura en España se encuentra en un proceso de transformación hacia estructuras más concentradas y tecnificadas. Si bien esto puede aportar beneficios en términos de eficiencia y productividad, es esencial abordar los desafíos relacionados con el relevo generacional, la equidad de género y la sostenibilidad rural. Solo así se podrá asegurar un futuro próspero y equilibrado para el sector agroalimentario español.